Por estar ahí siempre,
en los días alegres en los días tristes.
Gracias por darlo todo a cambio de nada.
Por tu entrega, tus desvelos,
por luchar siempre tan sola
por forzar una sonrisa, cuando sabemos que lloras.
Lloras por muchos recuerdos de aquellos a los que añoras
Muestras siempre tu tristeza, tu semblante te traiciona.
Nos dedicaste tu vida, tu la viviste en la sombra.
Quisiste sin condiciones a tus hijos y a tus nietos
tu corazón es tan grande, que cabemos todos dentro.
No sólo decir te quiero es lo que importa en la vida,
lo demostraste mil veces en silencio y a escondidas.
Por esto y por mucho más, Dios te ha querido premiar
llegaste a los noventa y un años con salud y dignidad.
Gracias por ser como eres.
Gracias por todo mamá.