La primavera se fué
y con ella se fundieron esos días de luz,
de colorido, de bella flores,
aromas de azahar
de rosas y jazmines.
Se eclipsaron los almendros repletos de blancas flores,
los cerezos rebosantes de ese fruto tan sabroso.
Campos verdes como alfombras,
regados por manantiales
cambian muy pronto de aspecto,
cuando en el mes de junio
nos aparece el verano.
Estación tan esperada por todo el que ha trabajado,
para poder regalarse un merecido descanso.
Si amamos lo que tenemos y meditamos un poco,
cuidar la naturaleza hemos de hacerlo entre todos.
Al destruir nuestro entornos
condenamos nuestra vida,
si queremos mantenerla
sin incendios ni tragedias,
procuremos que el verano
sea una estación placentera
y al recibir el otoño
los árboles de las sierras
formarán de nuevo alfombras
al caer sus hojas secas
que acogerán con su abrazo
a los diminutos seres
que habitan por esas tierras.
Cuando el otoño adormece
pronto emerge el frío invierno
derramando en las montañas
un manto de blancas nieves,
sus aguas tesoro vivo
regarán todos los campos
la primavera siguiente.
Hermosa la primavera que nos
traerá nuevamente
los pájaros con sus trinos
y aromas de lindas flores.
Y así pasamos la vida
esperando primaveras
que nos alegren el alma
que nos haga más humanos
generosos, solidarios
que consiga enamorarnos,
amar lo que ya tenemos
y..... darle gracias........ por conocerla otro año.
¡Que preciosidad de poema¡.Me ha encantado.Besos de luz para ti y los que amas.
ResponderEliminarGracias Julia, eres muy generosa con tus comentarios.Me anima a seguir tímidamente escribiendo pues es algo que deseaba hace mucho tiempo y ahora que he concluído mi actividad laboral, creo que me estimula y reconforta mi espíritu. Besos de luz tambien para ti.
ResponderEliminar